EXCLUSIVA: Popeye prefiere el pollo local y relega a las espinacas

Si pensabas que Popeye no podía vivir sin sus espinacas… piénsalo de nuevo. El marinero más conocido del mundo, el que derrota a los malos con solo una lata de espinacas, ha encontrado un nuevo amor culinario. Y no, no tiene nada que ver con hojas verdes ni batidos energéticos. Esta vez, Popeye ha sucumbido al sabor irresistible del pollo frito de CBK.

Sí, has leído bien. Popeye, con su característico anhelo de espinacas, ha entrado en el restaurante vitoriano con una idea clara: recargar fuerzas con su comida favorita. Pero, contra todo pronóstico, las hojas verdes han quedado en un segundo plano. En su lugar, Popeye se ha dejado conquistar por el pollo frito. Un pollo crujiente por fuera, jugoso por dentro, que le ha hecho exclamar: “¡Ahí va la hostia, este sí que me da energía, a la altura de mis espinacas!”

 

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Producto local y 100% casero

Pero, ¿qué tiene el pollo frito que ha hecho que Popeye se olvide de las espinacas? En primer lugar, nuestro producto es local y 100% casero. Aunque Popeye es americano, CBK se mantiene fiel a sus raíces. No somos una franquicia, ni una receta industrial, sino un restaurante familiar que apuesta por lo auténtico. Y eso, querido Popeye, es lo que marca la diferencia: aquí, todo se cocina con el cariño y la frescura que solo un pollo de calidad local puede ofrecer.

Y no es solo la calidad. Cada pieza de pollo pasa por un proceso de preparación meticuloso que comienza con un corte único. No nos conformamos con las típicas ocho piezas que encontrarás en otros sitios. Apostamos por el corte americano, sacando 10 piezas de cada pollo. ¿Cómo lo hacemos? Cortamos las pechugas por la mitad para que disfrutes de 4 trozos de esta jugosa carne, porque sabemos que la pechuga es una de las piezas favoritas.

Pero no es solo el corte lo que hace único a nuestro pollo. Cada pieza se prepara con mucho mimo, se macera en una mezcla secreta de especias y hierbas, y se fríe a la perfección en freidoras específicas, logrando esa capa crujiente. Pero lo mejor de todo es lo jugoso que queda por dentro, gracias al proceso de cocción a presión antes de freírlo. Y, por supuesto, el toque que nos da la receta secreta de la abuela Gabriela, que lleva años deleitando a los auténticos chicken lovers.

Popeye, que siempre ha sido un defensor de lo verde, no pudo resistirse a la magia del pollo broaster. Y, claro, los pollos de CBK son locales, de la tierra, de Euskadi, lo que los hace aún más especiales. Si Popeye se ha rendido ante nuestro pollo frito, ¡tú también lo harás!

¿Quieres ver cómo Popeye deja las espinacas como guarnición? Mira el vídeo y prepárate para disfrutar de la historia completa. ¡Te garantizamos que, al igual que Popeye, dejarás las espinacas a un lado y te lanzarás a por un buen pollo frito!

Ya lo sabes: en CBK somos más que un restaurante; somos una familia y te invitamos a ser parte de ella. Como diría Popeye: “¡Soy lo que soy… y lo que soy es un fan del pollo CBK!”